Amigos y colegas de distintas industrias recurren a mí con una pregunta peculiar: Adrián, si tuvieras una cena esta noche con un gran cliente prospecto, ¿qué vino pedirías?
Claro, nadie quiere fallar ante un cliente que tanto nos ha costado llevarlo hasta ese nivel de acercamiento: la mesa de un restaurante. Pues, son distintos factores a tomar en cuenta para elegir un vino. Yo te propongo ir más allá del producto en sí, pues el rol del vino es acercarte aún más con tu interlocutor, es un gran aliado para encontrar similitudes entre ustedes y apartar totalmente las diferencias.
Concéntrate en los gustos de tu cliente. Es probable que hayas tenido un par de reuniones con anterioridad y hayas podido percibir qué temas ajenos a lo laboral lo movilizan emocionalmente: los deportes, los viajes, los coches, la música…
Ahora conecta esa profunda inquietud con un vino. Busca uno de sus personajes favoritos dentro de los temas anteriores que se hayan acercado a un vino, seguramente encontrarás sorpresas que te darán un buen tema de conversación mientras hablan de nuestro gran amigo «el vino». Piensa también que el vino debe hacer perfecto maridaje con el almuerzo o cena que ofrezca el restaurante. No sientas que ese punto es demasiado difícil, siempre habrá un consejo amigo en torno a ese tema que quizás sientas un poco más profundo y ajeno a lo cotidiano. Lo importante es que tú te sientas cómodo y lleves a tu invitado a través de un momento cómodo, entretenido y acogedor. Todo ello, sumado a tu gran propuesta profesional, definitivamente harán que ese momento sea un ‘win-win’.
Si quieren descubrir algunos vinos de Madrid, los invito a visitar mi reseña sobre el Salón de Vinos de Madrid